jueves, 18 de agosto de 2011

Anna Karenina



La cuarta adaptación al cine de la novela "Anna Karenina" (1887), de Leon Tolstoy, fué realizada por Julien Duvivier. Se rodó en los Shepperton Studios (RU). Producida por Alexander Korda, para su compañía London Films, se estrenó el 22-I-1948 (RU).La acción tiene lugar en San Petersburgo, Moscú y Venecia, en tono a 1875. Alexei Karenin (Ralph Richardson), militar dedicado a la política, frío, intransigente, vanidoso, obsesionado por su reputación, mantiene una relación distante y descuidada con su esposa, Anna (Vivien Leigh) y el hijo de ambos, Segei. El coronel Vronsky (Kieron Moore), apuesto y apasionado, se enamora a primera vista de Anna, cuando la conoce casualmente en la estación ferroviaria de Moscú. Ella se siente atraída por él y se enamora contra voluntad, mientras baila con Vronsky una mazurca en una fiesta de sociedad en Moscú. Cuando ella regresa a su casa de San Petersburgo, Vronsky pide el traslado de destino para estar cerca de ella.La película contiene un fuerte componente de crítica de la sociedad aristocrática rusa de finales del XIX y, por extensión, de la inglesa de mediados del XX. Denuncia la doble vara de medir que emplea para juzgar el adulterio del hombre y de la mujer. Mientras él es admitido sin reservas en todos los círculos sociales, ella es excluida de modo inmisericorde de los mismos. Parte de la famila adopta frente ella posiciones de exclusión, de indiferencia o de olvido, que no aplica a Vronsky. La madre de Vronsky (Helen Haye) se afana en bucar novia para el hijo y le presiona para que contraiga matrimonio y abandone a Anna. Los personajes que pueblan la alta sociedad rusa son en general vacíos, fatuos, mediocres y vanos. Practican la hipocresía y se rigen por principios de una inquietante doble moral. Aplican, además, convenciones sociales contrarias a los sentimientos humanos. Anna y Vronsky no viven el mismo drama. Éste afecta, sobre todo, de manera hiriente y perturbadora a Anna, alejada de su hijo, echada de su casa por el marido, incapaz de conseguir el divorcio por la obtusa negativa de Karenin, imposibilitada de regularizar su relación con Vronsky y abandonada por todos, incluso por su amante, que cada vez le presta menos atención y le dedica menos tiempo. Anna transita de la depresión a la desmoralización y de ésta a la desesperación, en un proceso que el film desarrolla con cierta oscuridad, vaivenes y embarullamiento.La música, de Constant Lambert, refurza los tonos dramáticos y los sentimientos de desolación de Anna. La fotografía realza la belleza de Vivien Leigh y subraya la intensidad de su drama interior. El vestuario, de Cecil Barton, es excelente. El guión, de Duvivier y de Jean Anouilh, crea una atmósfera de dramatismo desgarrador, reforzdo por gélidas temperaturas y tempestades de nieve. La dirección se ve desbordada por la magnitud de la empresa y comete errores en la dirección de actores, especialmente visibles en el caso de Vivien Leigh, que no gradúa la progresión de su drama.

Destaca la presencia reiterada del tren como medio de transporte y como juguete de los niños de la casa. Se erige en símbolo del viaje de Anna desde la resignación a la felicidad y desde ésta a la desesperación.Las tres versiones anteriores de la novela son: Fox-1915 de Gordon Edwards, Metro-1927 de Edmund Goulding y Metro-1935 de Clarence Brown.El final es reflexivo, sereno y pausado, a diferencia del de otras versiones. Las imágenes a contraluz elevan la fuerza dramática del mismo.


sábado, 16 de julio de 2011

Olivia de Havilland

(Olivia Mary de Beauvoir de Havilland; Tokio, 1916) Actriz estadounidense. Olivia de Havilland nació en Japón, donde su padre ejercía la docencia como profesor de universidad. A los dos años, y a causa de su frágil salud, Olivia y su hermana pequeña (Joan Fontaine) se marcharon con su madre a Nueva York. Allí empezó a actuar en teatros de aficionados y poco a poco fue afianzándose en el escenario, hasta que la representación de El sueño de una noche de verano le abrió las puertas del cine.


Su primera película, Alibi Ike, de 1935, pasó desapercibida, pero la Warner le ofreció un contrato de siete años. Su primer gran éxito fue El sueño de una noche de verano (1935), al que siguió ese mismo año El capitán Blood, película en la compartió reparto con Errol Flynn. La pareja trabajó en varias películas más.

En el gran éxito mundial que fue Lo que el viento se llevó (1939), interpretó a Melania, un papel de joven sacrificada que la hizo famosa; por este trabajo fue nominada al Oscar a la mejor actriz de reparto. Siguieron a éste varios papeles de éxito, en los que la actriz consiguió demostrar sus aptitudes para la interpretación de personajes dramáticos. En 1945 entabló un famoso pleito contra la Warner que duró dos años, y en el que consiguió que su contrato no se pudiera prorrogar sin su consentimiento.

Los personajes de Olivia de Havilland fueron en su mayoría jóvenes atractivas y muy tímidas, o damas perfectas de exquisita educación que descubren el amor y son capaces de realizar grandes sacrificios. Entre sus películas destacan La carga de la brigada ligera (1936), Robin de los bosques (1938), Si no amaneciera (1941, nominada al Oscar a la Mejor Actriz), La vida íntima de Julie Norris (1946, Oscar a la Mejor Actriz), Nido de víboras (1948, nominada al Oscar a la Mejor Actriz), La heredera (1949, Oscar a la Mejor Actriz), El rebelde orgulloso (1958) y Canción de cuna para un cadáver (1964).

sábado, 18 de junio de 2011

La tierra no pertenece a nadie



¿Está todo dicho?


Sigámonos quedando absortos en su excelente puesta en escena, ritmo narrativo, interpretaciones y guión, poseedora de dos de los monólogos más famosos de la historia del cine y de varias frases que han pasado al cancionero popular convirtiéndose en frases hechas.


Asombrémonos ante este momento en el que la protagonista lanza esa mítica frase: "A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!"


Hagámoslo ante esta maravillosa fotografía de Ernest Haller y Ray Rennahan


Y, sobre todo, por la inolvidable figura de Vivian Leigh en lo alto de la loma, puño en alto y envuelta por un atardecer rojizo que sirve de marco perfecto para una silueta mil veces vista y mil veces utilizada


Siempre será ésta una escena con una fuerza inusual, siempre recordada, muchas veces imitada, eterno icono del cine.








viernes, 10 de junio de 2011

Ana Karenina


Cuarta adaptación al cine de la novela "Anna Karenina" (1887), de Leon Tolstoy, realizada por Julien Duvivier. Se rodó en los Shepperton Studios (RU). Producida por Alexander Korda, para su compañía London Films, se estrenó el 22-I-1948 (RU).La acción tiene lugar en San Petersburgo, Moscú y Venecia, en tono a 1875. Alexei Karenin (Ralph Richardson), militar dedicado a la política, frío, intransigente, vanidoso, obsesionado por su reputación, mantiene una relación distante y descuidada con su esposa, Anna (Vivien Leigh) y el hijo de ambos, Segei. El coronel Vronsky (Kieron Moore), apuesto y apasionado, se enamora a primera vista de Anna, cuando la conoce casualmente en la estación ferroviaria de Moscú. Ella se siente atraída por él y se enamora contra voluntad, mientras baila con Vronsky una mazurca en una fiesta de sociedad en Moscú. Cuando ella regresa a su casa de San Petersburgo, Vronsky pide el traslado de destino para estar cerca de ella.La película contiene un fuerte componente de crítica de la sociedad aristocrática rusa de finales del XIX y, por extensión, de la inglesa de mediados del XX. Denuncia la doble vara de medir que emplea para juzgar el adulterio del hombre y de la mujer. Mientras él es admitido sin reservas en todos los círculos sociales, ella es excluida de modo inmisericorde de los mismos. Parte de la famila adopta frente ella posiciones de exclusión, de indiferencia o de olvido, que no aplica a Vronsky. La madre de Vronsky (Helen Haye) se afana en bucar novia para el hijo y le presiona para que contraiga matrimonio y abandone a Anna. Los personajes que pueblan la alta sociedad rusa son en general vacíos, fatuos, mediocres y vanos. Practican la hipocresía y se rigen por principios de una inquietante doble moral. Aplican, además, convenciones sociales contrarias a los sentimientos humanos. Anna y Vronsky no viven el mismo drama. Éste afecta, sobre todo, de manera hiriente y perturbadora a Anna, alejada de su hijo, echada de su casa por el marido, incapaz de conseguir el divorcio por la obtusa negativa de Karenin, imposibilitada de regularizar su relación con Vronsky y abandonada por todos, incluso por su amante, que cada vez le presta menos atención y le dedica menos tiempo. Anna transita de la depresión a la desmoralización y de ésta a la desesperación, en un proceso que el film desarrolla con cierta oscuridad, vaivenes y embarullamiento.La música, de Constant Lambert, refurza los tonos dramáticos y los sentimientos de desolación de Anna. La fotografía realza la belleza de Vivien Leigh y subraya la intensidad de su drama interior. El vestuario, de Cecil Barton, es excelente. El guión, de Duvivier y de Jean Anouilh, crea una atmósfera de dramatismo desgarrador, reforzdo por gélidas temperaturas y tempestades de nieve. La dirección se ve desbordada por la magnitud de la empresa y comete errores en la dirección de actores, especialmente visibles en el caso de Vivien Leigh, que no gradúa la progresión de su drama.

Destaca la presencia reiterada del tren como medio de transporte y como juguete de los niños de la casa. Se erige en símbolo del viaje de Anna desde la resignación a la felicidad y desde ésta a la desesperación.Las tres versiones anteriores de la novela son: Fox-1915 de Gordon Edwards, Metro-1927 de Edmund Goulding y Metro-1935 de Clarence Brown.El final es reflexivo, sereno y pausado, a diferencia del de otras versiones. Las imágenes a contraluz elevan la fuerza dramática del mismo.



DIRECTOR
Julien Duvivier
GUIÓN
Julien Duvivier, Jean Anouilh, Guy Morgan (Novel: León Tolstói)
MÚSICA
Constant Lambert
FOTOGRAFÍA
Henri Alekan (B&W)
REPARTO
Vivien Leigh, Ralph Richardson, Kieron Moore, Hugh Dempster, Mary Kerridge, Marie Lohr, Frank Tickle, Sally Ann Howes, Niall MacGinnis, Michael Gough
PRODUCTORA
London Film Productions. Productor: Alexander Korda.


sábado, 4 de junio de 2011

El barco de los locos


Película con el nazismo como telón de fondo aunque no es el único tema que aborda su elaborado guión.Y es que tenemos dos horas y media por delante repletos de temas candentes como racismo, la lucha de clases, el fracaso, las relaciones personales,... y dos o tres diálogos de verdadero lujo.No hay lagunas ni momentos para el aburrimiento, la narración surca las aguas placidamente en compañía del barco.La fotografía ganó el oscar (en el apartado de blanco y negro) en el 65 y que me aspen si lo entiendo porque otra de las nominadas que vi recientemente le da mil vueltas (Morituri). No es que sea una fotografía incorrecta pero tiene demasiados defectos de la época: múltiples sombras, no hay justificación de las fuentes de luz, tampoco hay grandes movimientos de cámara,... lo único especialmente reseñable son los planos que se ve el mar de fondo (obviamente se rodó todo en plató) que están muy bien integrados.


TÍTULO ORIGINAL
Ship of Fools


DIRECTOR
Stanley Kramer
GUIÓN
Abby Mann (Novela: Katherine Anne Porter)
MÚSICA
Ernest Gold
FOTOGRAFÍA
Ernest Laszlo (B&W)
REPARTO
Vivien Leigh, Simone Signoret, José Ferrer, Lee Marvin, Oskar Werner, Elizabeth Ashley, George Segal, José Greco, Michael Dunn, Charles Korvin, Heinz Rühmann
PRODUCTORA
Columbia Pictures presenta una producción Stanley Kramer Productions
PREMIOS
1965: 2 Oscars: Mejor fotografía (B&W), dirección artística (B&W). 8 nominaciones

jueves, 19 de mayo de 2011

A Yank at Oxford



Buena y simpática película en blanco y negro con un Robert Taylor radiante y una Vivien Leigh en un papel secundario de joven tontita casada con un hombre mayor y además liada extramatrimonialmente con un joven estudiante universitario de Oxford, que la verdad viéndola aquí nadie hubiera adivinado que iba a convertirse un año después, 1939, en la inmortal Scarlett O’Hara, la brava protagonista principal de la película "Lo que el viento se llevó", considerada con el paso del tiempo la película más famosa de toda la historia del cine."Un yanqui en Oxford" nos cuenta la historia de un joven atleta norteamericano de nombre Lee Sheridan (Robert Taylor) que es enviado a estudiar a la citada Universidad inglesa, donde nada más llegar se enamorará de una joven estudiante Molly Beaumont (Maureen O'Sullivan) y se convertirá en enemigo del hermano de ésta, Paul Beaumont (Griffith Jones). En Oxford destacará y se ganará a compañeros de estudios y a profesores por ser un deportista muy competitivo y exitoso, pero también se meterá en más de un lío por su carácter de hacer frente a quien le quiera amilanar o poner obstáculos.La película es una comedia muy agradable de ver. Recordará a muchos la época en que pasaron por la Universidad, ese tiempo de juventud que describe bastante bien la letra del célebre himno universitario en todo el mundo: Gaudeamus igitur.





viernes, 13 de mayo de 2011


Obra maestra del cine, sin duda una de las mejores películas de todos los tiempos. Todo en ella desprende grandeza. Con un reparto maravilloso, que se juntaron en el momento y en el lugar preciso para interpretar un clásico irrepetible del séptimo arte. Con una ambientación que te traslada y te mete de lleno en la historia, con todos sus personajes. Muy recomendable.


lady hamilton



Producida y realizada por Alexander Korda, la obra se basa en hechos reales, que habían inspirado una película anterior. Se rodó en los Denham Studios (Denham, RU). Nominada a 4 Oscar, ganó uno (sonido). Se estrenó el 30-IV-1941 (RU).La acción resume 30 años (1786-1815) de la vida de lady Hamilton. Tiene lugar en Nápoles, Londres y Calais. Narra en flashback la historia de Emma Lyon (Vivien Leigh), hija de un herrero y una sirvienta, de extraordinaria belleza, que desde joven se gana la vida como empleada doméstica, bailarina y cortesana. Amante de Charles Greville, éste le cambia el apellido paterno por el de Hart y la obliga a tomar clases de música, literatura e idiomas. Muy apegada a la madre, es enviada (1786) por Greville a servir en la casa de William Hamilton, embajador inglés en Nápoles, donde conoce a Nelson. La película omite las prolongadas estancias de lady Hamilton, entre 1799 y 1805, en Menorca, entonces colonia y base naval inglesa. Aprovecha la fuerza del paralelismo entre las figuras de Napoleón y Hitler: deseos de invadir Inglaterra, ambiciones de dominar el mundo, belicismo insaciable. El argumento se basa en una historia de amor entre personas casadas que en su momento provoca escándalo público. Previamente se había establecido un triángulo amoroso entre Emma, Nelson y W. Hamilton (admirador de Nelson), aún más escandaloso. Los dos amantes no sólo no se someten a las normas convencionales, sino que las desafían al no ocultar su amor, que viven sin disimulos. La fuerza dramática del film se apoya en la desenvoltura y naturalidad de un amor prohibido, la notoriedad de los protagonistas, el rechazo social que provocan, la dudas del Almirantazgo y la fragilidad de un amor imposible. El componente escandaloso de 1941 es difícil de imaginar en el marco de una sociedad desligada de prejuicios, que ha incorporado el divorcio, las parejas de hecho y el triángulo amoroso, como parte de la normalidad. Con todo, la obra conserva una gran fuerza dramática. Son destacables la escena del cierre de cortinas (símbolo del final de la historia de amor), la arriesgada decisión de Nelson de dar protección y refugio a los reyes de Nápoles y la escena final.La música suma una partitura original de M. Rozsa, de ecos militares, triunfales y épicos, fragmentos de Mozart (ópera "Don Carlo" y melodías de acompañamiento) y canciones populares de los marinos ingleses. La fotografía, de Rudolph Maté, construye una narración brilante y rica en matices, con encuadres picados, travellings laterales, tomas largas y movimientos de alejamiento. Se beneficia de unos soberbios decorados (V. Korda) y de un magnífico vestuario (René Hubert). El guión incorpora diálogos bien construidos y establece una narración en flashback que permite comenzar por la escena final. La interpretación de V. Leigh y L. Olivier, amantes en la vida real, trasmite naturalidad, verosimilitud y sinceridad. La dirección construye una obra emocionante y absorbente.
Winston Churchill confesó que ésta era su película preferida. No disponible durante muchos años, su recuperación en DVD constituye un acontecimiento digno de ser celebrado. Remasterizada, la versión doblada al español corta del soundtrack antes del inicio de los diálgos. Las primeras imágenes de las secuencias ofrecen una molesta inestabilidad. La película no concluye con la muerte de Nelson en Trafalgar (1805). El amor entre Emma y Nelson nace después de la batalla naval del Nilo (Aboukir) en la que el almirante pierde (1798) el brazo derecho y se convierte en leyenda.

Vivien y Ashley



Es una excelente cinematografía vivida en el siglo XIX, donde se vive y se comenta a menudo la denominada Guerra de Secesión, la cual fue un trance significativo en los Estados Unidos, es una producción tomada de la novela del mismo nombre y escrita por Margaret Mitchell, la película fue dirigida por Víctor Fleming y la excelente participación en los personajes principales de Vivien Leigh como Scarlett O'Hara, Clark Gable como Rhett Butler, Olivia de Havilland como Melanie Hamilton, Leslie Howard como Ashley Wilkes, Hattie McDaniel como Mammy y Gerald O'Hara como el padre de Scarlett .Sin duda alguna este es un clásico de los años 30, una película basada en el amor, odio, tristeza, unión familiar, momentos de guerra entre otros aspectos resaltante en lo que vivimos día a día, es una hermosa historia tanto escrita como visual que se deja disfrutar a pesar de lo larga que sea.

Es una historia dónde Scarlett O'Hara una jovencita caprichosa, egoísta y perdidamente enamorada de Ashley Wilkes el cual no le es correspondida ya que el está comprometido con su prima Melanie Hamilton, hace todo lo posible para luchar por este gran amor pero de nada vale ya que era muy joven y no lo suficientemente madura para corresponderle, pasaron muchos años, estaña La Guerra de Secesión y su pueblo dónde vivió gran parte de su vida fue destruida en gran parte todo a raíz de la guerra, ella aún seguía enamorada desde mismo chico, pierde a su madre y días después a su padre, finalmente se casa con Rhett Butler, lo cual hizo principalmente por el dinero y se convierte en una mujer fuerte, valiente y luchadora para sacar adelante a su familia y a su pueblo incluyendo la producción que allí subsistía.

Legendario film





Luego de más de 70 años, no ha habido un film que haya impactado tanto con una historia de tenacidad y lucha por lo que se quiere y se ama. Scarlett y Rhett, la pareja protagonista, viven un mar de pasiones intensas que nos hará recordar este clásico romántico toda la vida. Vivien Leigh y Clark Gable hicieron historia con los personajes que interpretaron en este film, uno que a través de los años no pierde el encanto original.Vivien Leigh (Scarlett O'Hara) hace la interpretación de su vida con el personaje de una mujer engreída y vanidosa, a la que la vida en varias ocasiones la golpea bien duro, teniendo una serie de pérdidas sentimentales y materiales. Clark Gable (Rhett Butler) personifica a un tipo realista y oportunista, de la desgracia de otros adquiere ganancias, pero su corazón lo lleva a aceptar los desprecios y desplantes de la mujer que ama.El film tiene escenas que son difíciles de olvidar, por ejemplo el incendio de Atlanta, el sinnúmero de muertos en el campo de batalla, el regreso amargo y frustrante de los soldados derrotados, entre otras. En síntesis, un legendario film.La película tuvo un presupuesto de $3,9 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $391 millones, más $79 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 19 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales ganó 14 de ellos, incluyendo ocho Oscares.

el sur




El legendario productor David O. Selznick (Rebeca, Duelo al sol) se hizo con los derechos de Lo que el viento se llevó de Margaret Mitchell antes incluso de haber sido publicada la primera edición, tal era su confianza en la novela. El proceso de gestación de la película resultante fue arduo y difícil, incluso épico, pero mereció la pena; se había rodado la película más legendaria de la historia del cine, trascendiendo, además, esa condición para convertirse en un icono de la cultura popular contemporánea.El argumento de la película, fiel adaptación de la novela, se centra principalmente en el personaje de Scarlett O´Hara, una damisela sureña, y en la transformación que sufre durante la Guerra de Secesión, teniendo que rehacer su vida después de que el mundo idílico y romántico en que vivía haya desaparecido tras la victoria yanqui. Su tempestuosa relación con el aventurero Rhett Butler será puesta a prueba por el amor que siente por el caballero Ashley Wilkes, marido de su prima Melanie.Lo que el viento se llevó es una elegía del viejo sur norteamericano, que hoy se podría calificar de políticamente incorrecta (clasismo, apología de la esclavitud), y en la que destaca su historia romántica, apasionada y desgarrada, así como el preciso retrato que de la psicología de Scarlett se propone en la película: una mujer caprichosa y egoísta, que con fuerza de voluntad (A Dios pongo por testigo..) supera las dificultades que se le presentan recurriendo a la mezquindad, si es preciso, aunque sucumbe al amor, lo que subraya el carácter complejo del personaje.También pasó a la historia Lo que el viento se llevó por su impresionante diseño de producción, en la que los fastuosos decorados y el bello y delicado vestuario, así como la espectacularidad de muchas escenas (el incendio de Atlanta, por ejemplo), no han dejado de impactar a los espectadores generación tras generación.Para los cinéfilos clásicos, conocer el nombre de los cuatro actores principales era como para un aficionado al fútbol saberse la alineación de su equipo favorito; sus nombres (Clark Gable, Vivian Leigh, Leslie Howard y Olivia de Havilland) han entrado en la leyenda. El proceso de selección para el personaje de Scarlett fue exhaustivo y a él concurrieron las más importantes actrices del momento, provocando una gran conmoción la elección de Vivien Leigh, que, aunque fue criticada por su condición de inglesa, hizo callar a sus detractores con su gran interpretación. Clark Gable, por su parte, fue una primera opción para el papel de Rhett Butler, un hombre vividor y aventurero, pero también noble y sentimental.

jueves, 5 de mayo de 2011

A Dios por testigo



No tiene el apoyo unánime de los críticos. Tampoco tiene el apoyo incondicional del público. Y en cambio no deja de ser de ser la película más mítica de la historia del cine.Lo que el viento se llevo es una película intensa y desproporcionada, arrebatada y arrebatadora, deslumbrante y emotiva, triste y cruel. Cuenta una historia compleja, en la que todo encaja con una precisión milimétrica, pero en cambio nada parece fruto del cálculo, sino de la pasión de sus creadores.La película se beneficia de la presencia del personaje femenino más memorable de la historia del cine, Escarlata O'Hara. Seductora, caprichosa, cruel, atractiva, manipuladora, irresistible, apasionada, carnal, descarada. Estos y otros adjetivos se le pueden aplicar a una mujer que nos lleva en un viaje lleno de encontronazos desde su adolescencia hasta una madurez que es como un nuevo renacer. En este viaje conocemos desde las fascinantes tierras de Tara hasta la bulliciosa Atlanta, desde la bucólica vida de los hacendados sureños hasta la más cruel y dolorosa visión de la guerra. Un viaje en el que nos encontramos con personajes memorables, aunque ninguno supera en fuerza a la protagonista. Solo el descaro y la ironía del gran Reth Buttler es capaz de poner en su sitio la egoísta desesperación de Escarlata.Lo que el viento se llevo cuenta con un reparto memorable. Vivien Leigh esta insuperable como Escarlata O'Hara. Hace creíble a la más vulnerable y llorosa Escarlata como a la más cruel de las víboras. Junto a ella el genial Clark Gable, resulta el contrapunto perfecto a esa fuerza de la naturaleza que es Vivien Leigh. Solo alguien con su carisma y personalidad podía hacer frente a la protagonista de la historia. Ellos cargan con el peso de la historia, pero están secundados por la ternura y bondad de Olivia De Havilland, y por el extraordinario desparpajo de la maravillosa Hattie McDaniel. Solo Leslie Howard se queda corto interpretando a Ashley Wilkes, viéndole no se entiende la pasión que Escarlata siente por él.Lo que el viento se llevó esta dirigida de forma deslumbrante por Victor Fleming. Desde las luminosas primeras secuencias, hasta ese extraordinario final en la escalera, la película impresiona con una puesta en escena compleja y espectacular de una belleza insuperable en muchos momentos. Y todo ello hecho sin ordenadores ni efectos especiales. Vi la película en la versión restaurada y la calidad de la imagen es incluso superior a la de muchas películas actuales. Para el recuerdo quedan secuencias históricas que incluso quienes no han visto la película sabrían reconocer. Escarlata poniendo a Dios por testigo, Reth Buttler diciendo eso de francamente querida eso ya no me importa, o el memorable mañana será otro día. Y siempre acompañado todo ello por la banda sonora por excelencia. Una música de Max Steiner que es ya un clásico que te transporta a otra época. Una música a la altura del mito que a estas alturas representa Lo que el viento se llevó.


César y Cleopatra




El director estadounidense de origen rumano George Pascal tuvo durante su vida una relación especial con el teatro y más concretamente con uno de los mejores dramaturgos del pasado siglo XX, George Bernard Shaw. Precisamente de la pluma de Shaw salieron las dos obras de Pascal más importantes "Pygmalion"; y "César y Cleopatra". Esta última obra fue estrenada en 1946 teniendo una discreta acogida. Se trata de una película interesante, con algunos de los mejores actores del momento, como el actor británico Claude Rains, el famoso policía francés de "Casablanca" y sobre todo Vivian Leigh que dedicada en exclusiva al teatro desde "Lo que el viento se llevó" y "Los puentes de Waterloo", hacía seis años, volvió a la pantalla grande ya que se trataba de una adaptación de teatro y en el fondo era más de lo mismo. Es por lo tanto una de las pocas ocasiones que podemos contemplar a esta bella y magnífica actriz. Destaca también la presencia de un jovencísimo Stewart Granger que suponía su debut cinematográfico.La película narra las peripecias de César en Egipto y sus abatares en la corte, con las intrigas políticas propias del tema.En la película destaca especialmente los decorados y su color en las que nada tiene que envidiar a las grandes películas de romanos como "Quo Vadis" o "Ben Hur".Sin embargo la historia ha envejecido mal, ya que no nos resultan creíbles los protagonistas, van como disfrazados, y el marco histórico y geográfico parece una excusa para hablar de problemas más europeos y culturalmente más modernos. A pesar de ello, película recomendada a quién les guste el cine de diálogos, teatral, con buen color y vestuario pero abstenerse de aficionados al cine histórico o de aventuras que les defraudará. En definitiva película correcta que con el tiempo ha perdido su razón de ser y que en algunos momentos sonroja por el eurocentrismo de su puesta en escena utilizando un marco egipcio.





Cesar y Cleopatra, Egipto, la esfinge, el Nilo, Alejandría con su famosísimo faro y su celebérrima biblioteca. Elementos atractivos y cautivadores todos ellos... Pero, la cosa no acaba de funcionar. ¿Porqué? La respuesta no está tan clara, máxime si añadimos la interpretación de Vivien Leight y Claude Rains, dos grandes del cine, sin duda.La superposición del cine a la realidad histórica es inevitable. Estoy por afirmar que las cosas no "son" como en realidad sucedieron sinó como fueron mostradas por el cine (el entrecomillado es para demostrarles que mi grado de locura sigue estando dentro de límites razonables) y en esta película, tanto Julio Cesar como Cleopatra se apartan de las imágenes habituales y preconcebidas. Esta es una apuesta arriesgada por parte de Gabriel Pascal quien trata de ajustarse a la obra de Bernard Shaw, tanto en lo que respecta al "diseño" de sus principales personajes como en su respeto al medio para el que se concibió: el teatro. Nos sorprende la imagen de una Cleopatra infantil y dominada, absolutamente desconocedora de sus poderes régios, lo mismo que se nos hace extraño un Cesar tan insensible a los encantos orientales de su anfitriona. La madurez no resulta suficiente explicación. Todo lo contrario, los años y la gloria de un Cesar se me antojan irresistibles por muchos Marco Antonio platónicos que puedan existir. Tal vez el tema haya que buscarlo en las lindes de lo prohibido. A este respecto, ver al Cesar lanzarse al agua desde el faro diciéndole a Apolodoro (Stewart Granger) "recógeme con tus aletas, corazón", pues deja una incógnita en el aire...El hecho de que el propio Bernard Shaw controlase el rodaje y la fidelidad a su obra probablemente impidió alguna que otra modificación mas cercana a la galería como se suele decir. Algún inicio de romance o similar. De hecho el público no respondió como se esperaba y, siendo una de las producciones británicas más costosas de su época, no recuperó lo invertido. El excesivo espíritu teatral y unos personajes no demasiado creíbles lastraron la obra a pesar de contar con unos diálogos excelentes, un color más que interesante y un vestuario correctísimo. Tengase en cuenta además que, el hecho de rodarse en plena II guerra mundial, no facilitó precisamente las cosas y tuvieron que currárselo y mucho.




TÍTULO ORIGINAL Caesar and Cleopatra AÑO 1945


DIRECTOR
Gabriel Pascal
GUIÓN
George Bernard Shaw (Teatro: George Bernard Shaw)
MÚSICA
Georges Auric
FOTOGRAFÍA
Freddie Young, Jack Cardiff, Jack Hildyard
REPARTO
Vivien Leigh, Stewart Granger, Claude Rains, Cecil Parker, Flora Robson, Francis L. Sullivan, Ernest Thesiger, Basil Sydney
PRODUCTORA
The Rank Organisation Film / United Artists
PREMIOS
1946: Nominada al Oscar: Mejor dirección artística (Color)



vivien Leight y Lawrence Olivier



Tras iniciar un romance cuando los dos estaban casados y permanecer juntos durante más de una década, un día de 1949 la actriz le anunció que ya no le amaba.
"Me sentí como si me hubieran dicho que me habían condenado a muerte", confiesa Olivier, considerado el mejor actor británico de todos los tiempos.
La pareja, no obstante, se mantuvo unida algunos años más, pese a los romances de ella, el más sonado con el también actor Peter Finch, y de él, incluido con la actriz Joan Plowright, con quien se casó en 1961 pocos días después de su divorcio con Leigh.
El libro habla también de la bisexualidad de Olivier, de su capacidad camaleónica para transformarse en cada papel, de su energía desbordante y de su deteriorada salud en los últimos años, a pesar de lo cual siguió trabajando.
Munn, que ha escrito biografías de John Wayne y James Stewart, traza un cálido e íntimo retrato de un personaje enamorado de su trabajo y dispuesto a dar todo lo que llevaba dentro en un escenario o ante la cámara, aunque reacio a revelar sus secretos más ocultos.
Quizás la razón haya que encontrarla en las propias palabras de Olivier: "Mi ego es demasiado grande para revelar todos mis secretos. Mi ego se alimenta con glotonería sabiendo cosas que otros desconocen".


Escarlata O'hara y Reht Butler



Escarlata, de carácter fuerte, independiente y vitalista, Escarlata vive un amor turbulento con un hombre mujeriego, ambicioso y egoísta, Rhett Butler (Gable). Es atractiva, caprichosa, seductora, jovial y encantadora. Siente pasión por la vida, ama la tierra y tiene gran aptitud para los negocios. Ama la independencia y le gusta dominar las situaciones que la afectan. Rhett es arrogante, vividor, aventurero, ambicioso y egoísta. Melania es bondadosa, comprensiva, dulce y afectuosa. Mami dice lo que piensa con respeto y desenvoltura.


El rey encumbrado (Clark Gable) en su trono. No habrá otro actor que se le parezca. El papel de Rhett Butler fue como un guante a la medida para Gable. El aventurero curtido por la vida. Fuerte y firme al final a pesar de su amor a la neurótica Scarlett. . Una historia de amor enfermo en medio de la guerra. La batalla en el amor es más brutal que la misma contienda de un país en una guerra civil propiciada por el orgullo y la ambición.


El aplomo de un Rehtt Butler ante las situaciones más difíciles en la guerra. Como cuando juega a las cartas con sus captores y el reconocimiento casi inmediato de una mujer rencorosa y ambiciosa como Scarlett cuando lo visita en prisión por medio de las manos callosas de ella que no concuerdan con sus palabras es algo que todo hombre quisiera emular para ponerse a la altura en la vida como el tipo de héroe que es el capitán Rhett.


sábado, 16 de abril de 2011

Vivien Leigh

Vivien Leigh-a dream gone with the wind...

Warren Beatty


En "La primavera romana de la Sra. Stone" (The Roman Spring of Mrs. Stone - 1961), Warren Beatty comparte con Vivien Leight, la viuda Karen Stone, rica y hermosa, papel estelar.


Para ella, sus éxitos como actriz son ya sólo un recuerdo. Vive sola en Roma, retirada de toda actividad artística, en un lujoso apartamento con vistas a las ruinas romanas, y se consuela de su soledad en los brazos de jóvenes gigolós...



Pasó con más pena que gloria esta maravillosa película en el momento de su estreno, pero el tiempo termina por poner las cosas en su sitio. No se deje guiar por la nota tan pobre que ha obtenido en las votaciones de los usuarios (Un 6,5). Si le gustan las adaptaciones que de obras de Tennessee Williams se han hecho en el cine (La gata sobre el tejado de zinc, La noche de la iguana, De repente el último verano, etc...) o si por el contrario no ha visto ninguna, queda totalmente recomendada. Por alguna hay que empezar.Tennessee Williams no pasaba por su mejor momento cuando escribió su única novela, "La primavera romana de la señora Stone". Este monstruo creador de monstruos había obtenido grandes éxitos en los años 50 gracias a adaptaciones de sus obras de teatro para el cine (La ya mencionada "gata sobre el tejado" o "Un tranvía llamado deseo"). En los 60, ya en declive, Williams escribe obras menores y abrumado por las malas críticas comienza a consumir calmantes y drogas. Su amante, Frank Merlo, moriría de cáncer en 1963. Veinte años más tarde, un Tennessee Williams viejo, solo y enfermo corre la misma suerte en una habitación de hotel, ahogado con la tapadera de un bote de pastillas. Triste final para una triste existencia.Por otro lado tenemos a Vivien Leigh (impecable en su papel de la actriz que se niega a envejecer y a perder el amor y el deseo) y a un joven Warren Beatty encarnando a un gigoló romano. Parece ser que Beatty consiguió su papel haciendo un viaje relámpago para ver a Tennessee Williams (que se encontraba de vacaciones y que era quien decidiría quién encarnaría al personaje). Durante el trayecto leyó un manual de italiano y doró su piel con una crema autobronceadora. En el hotel envió un vaso de leche a la mesa de Williams (corría el rumor de que el escritor tenía una úlcera a causa de las últimas críticas) con el mensaje "Estoy a su disposición. Paolo". Williams, divertido, le hizo la prueba y le dio el papel.Se dice que durante el rodaje Vivien Leigh no dirigió la palabra a Jill St John, actriz mucho más joven que ella tanto en la realidad como en la ficción. Leigh sabía que había llegado al ocaso de su carrera (de hecho la tuberculosis se la llevaría tan sólo seis años más tarde) y es eso lo que hace que su composición del personaje sea tan creíble. Vivien Leigh tenía miedo a todo lo que había dejado atrás. Beatty en cambio tenía miedo de todo lo que estaba por venir. En cuanto a Tennessee Williams, qué decir de sus miedos. Su obra es la obra del miedo y del fracaso, de la pasión y de la represión, de los vicios, de los excesos y de sus consecuencias.

DIRECTOR José Quintero GUIÓN Gavin Lambert, Jan Read (Novela: Tennessee Williams) MÚSICA Richard Addinsell FOTOGRAFÍA Harry Waxman REPARTO Vivien Leigh, Warren Beatty, Lotte Lenya, Jill St. John, Coral Browne, Jeremy Spenser, Stella Bonheur, Josephine Brown, Peter Dyneley PRODUCTORA Warner Bros. Pictures / Seven Arts Pictures PREMIOS 1961: Nominada al Oscar: Mejor actriz de reparto (Lotte Lenya)

viernes, 8 de abril de 2011

A Dios pongo por testigo



¿Por qué merecen esas palabras una entrada propia al blog?

1.- Por tratarse del momento en el que la protagonista lanza esa mítica frase: "A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!"


2.- Por la maravillosa fotografía de Ernest Haller y Ray Rennahan


3.- Por la inolvidable figura de Vivian Leigh en lo alto de la loma, puño en alto y envuelta por un atardecer rojizo que sirve de marco perfecto para una silueta mil veces vista y mil veces utilizada


4.- Por ser una escena con una fuerza inusual, siempre recordada, muchas veces imitada, eterno icono del cine.


miércoles, 6 de abril de 2011

Francamente, querida, me importa un bledo

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Cuya versión original en inglés es: "Frankly, my dear, I don't give a damn") es una de las frases más famosas del cine y fue popularizada en la exitosa película de 1939 Lo que el viento se llevó protagonizada por Clark Gable y Vivien Leigh.


La frase en cuestión fue dicha por Gable, interpretando a Rhett Butler, en lo que fueron sus últimas palabras a Scarlett O’Hara. Ocurre cerca del final de la película, cuando Scarlett le pregunta a Rhett "¿A dónde iré? ¿Qué haré?" cuando él la abandona. Él le responde la famosa frase antes de cerrar la puerta (en la versión original en inglés: «Frankly, my dear, I don't give a damn»). La línea no sólo se volvió famosa porque contenía una mala palabra para esa época (damn, lit. «maldición»), sino porque en la trama de la película demostraba que Rhett había renunciado a la codiciosa Scarlett y ya no le importaba lo que le pasara a ella.

Incorporada a la cultura popular anglosajona y, particularmente, estadounidense, la frase ha sido citada muchas veces, a veces incorrectamente; por ejemplo: «Francamente, Scarlett, me importa un bledo» («Frankly, Scarlett, I don't give a damn»). A menudo, informalmente, se asegura que la frase es el último parlamento de la película, cuando en realidad es «¡Después de todo, mañana es otro día!» («After all, tomorrow is another day!»), dicho por Scarlett.

En la novela homónima en que se basa la película, Rhett no dice «francamente», sino simplemente, «Querida mía, me importa un bledo». El contexto también es diferente; está hablando a Scarlett en voz baja dentro de una habitación y no saliendo dramáticamente de la casa.

La cita fue votada como la mejor frase cinematográfica por el AFI (American Film Institute) en el año 2005. El comentario que hace Vito Corleone en la película El Padrino, «Le haré una oferta que no podrá rechazar» («I'm going to make him an offer he can't refuse») acabó en el segundo puesto.


Antes de la salida de la película, los censores objetaron el uso de la palabra «damn» en la película, pues se trataba de una palabra prohibida por el Código de producción. Aunque persiste la leyenda de que la Hays Office cobró al productor David O. Selznick $5,000 por usar la palabra damn, de hecho la Asociación de películas de los Estados Unidos (Motion Picture Association of America) hizo una enmienda en el Código de producción el 1 de noviembre de 1939, que impedía el uso de las palabras hell (infierno) y damn (bledo, aunque literalmente damn significa maldición) excepto cuando su uso «fuere esencial y requerido para recrear, en el apropiado contexto histórico, cualquier escena o diálogo basado en hechos históricos o del folclor [...] o una cita de una obra literaria, a menos que el uso fuere intrínsecamente objetable u ofendiere el buen gusto». Con esta enmienda, la Administración del Código de producción ya no tuvo ninguna objeción que hacer a la línea final de Rhett.


En el doblaje español de la película, se dice una frase más suave que la original: "Francamente, querida, eso no me importa".


lunes, 4 de abril de 2011

Deje de menearse, señorita Escarlata

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Joven heredera sureña, Escarlata O'Hara es uno de los personajes creados por la autora estadounidense Margaret Mitchell para protagonizar su best-seller, Lo que el viento se llevó, obra publicada en 1936. En 1991 se publicó una segunda parte obra de la escritora Alexandra Ripley llamada Scarlett.Escarlata O'Hara es joven y hermosa, disfrutando de su posición en los años previos a la guerra de secesión americana con varios pretendientes a sus pies. Enamorada de Ashley Wilkes, quien está casado con su prima, Escarlata acaba casándose con Rhet Butler.Escarlata es una mujer decidida y de gran fuerza, algo que acaba por demostrar a medida que las desgracias se ceban sobre ella y su familia, la guerra, el hambre y el desamor son una constante en su vida, pero son desgracias sobre las que acaba por imponerse a pura fuerza de voluntad.


Y es que, durante más de un año, el departamento de publicidad de Selzinck International no tenía claro lo que buscaba y eso hacía que el papel protagonista fuera todavía más codiciado. Actrices de todo el país hicieron la prueba sin éxito. Hubo quien, como Katherine Hepburn, deseó encarnar a la mítica Escarlata O'Hara, pero se quedó con las ganas. No fue la única. Al final fue Vivien Leigh quien conquistó el corazón de Rhett Butler (Clark Gable) en la oscarizada película. 70 años después, su interpretación sigue siendo inolvidable. Seguro que Bette Davis, que rechazó el papel, se arrepintió más de una vez.No podía haber película sin estrella y todas querían serlo. Eso es lo que cuenta 'Se las llevó el viento' (Notorious Ediciones). Setenta años después del estreno del film, Elisa Agulló tenía claro que era el mejor momento para hablar de la que para ella es 'La Película': "Quería contar la parte más desconocida de la que es el mejor representante del cine de Hollywood de la época"."Es una parte que no se ha tocado mucho, aunque aparece en todas las bibliografías. Poco a poco fui encontrando detalles, aunque fue un poco complicado documentarse, porque gran parte de las personas que trabajaron en la producción de la película ya no están con nosotros". Así que su fuente principal fueron los libros, periódicos y revistas de la época.TODAS QUISIERON SER ESCARLATA O'HARALo que la escritora Elisa Agulló tiene claro es que "nadie habría interpretado tan bien a Escarlata como lo hizo Vivien Leigh".Paulette Goddard se quedó a punto de encarnar a Escarlata, pero "su ilegítima relación con Charles Chaplin hizo que se la considerada inadecuada para el papel", dice Agulló.Katherine Hepburn forzó sin éxito a la RKO a ofrecer 55.000 dólares para interpretar a la estrella de la película.Joan Crawford casi convence a la MGM de que si querían a Clark Gable, ella tenía que ser Escarlata. "Era la ambición en persona".Bette Davis rechazó que la Warner comprase los derechos de la novela para ser interpretada por ella y Errol Flynn.Por aquel entonces, Lana Turner y Susan Hayward eran desconocidas y muy jóvenes. "Probaron suerte, pero no la tuvieron".


Lo demás, es historia...


sábado, 2 de abril de 2011

Clark Gable


GIFSoup William Clark Gable nació el 1 de febrero de 1901 en Cadiz, Ohio (Estados Unidos). Era el hijo único de Adeline Hershelman y del granjero y trabajador de una refinería de petróleo William H. Gable. Adeline falleció cuando Clark solamente tenía siete meses de edad. Poco después su padre contrajo matrimonio con Jennie Dunlap, una mujer a la que Gable siempre adoró. Tras el enlace la familia Gable se trasladó a vivir a la localidad de Hopedale. A Clark no le gustaba demasiado la disciplina académica, así que abandonó sus estudios cuando estaba en el instituto para intentar ganarse la vida trabajando en una fábrica de neumáticos ubicada en Akron, Ohio. En los descansos del trabajo le gustaba pasar el tiempo contemplando obras de teatro. Tanto le agradó el mundo de las bambalinas que decidió unirse a una compañía de aficionados. En su juventud Gable compaginó sus diversos oficios con las representaciones escénicas hasta que logró debutar en Broadway, convirtiéndose en un actor profesional gracias a la mediación de la actriz y directora de teatro Josephine Dillon, mujer mucho mayor que Gable con la que se casó en el año 1924. Su talento natural como intérprete y las recomendaciones de Dillon le hicieron debutar a mediados de los años 20 en pequeños papeles cinematográficos, apareciendo en películas como "Forbidden Paradise" (1924) o "La Viuda Alegre" (1925), esta última dirigida por Erich Von Stroheim. Estas primeras participaciones en la gran pantalla fueron en papeles que no lograron satisfacer su ambición como actor, provocando su regreso a las tablas de Broadway.

Directo al corazón

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Jamás una película ha llegado tantísimo al corazón como “Lo que el viento se llevó”. Este magistral filme pone de manifiesto una gran argumento combinado con una estupenda fotografía, una maravillosa banda sonora y un retrato del sur pre y pos-secesión que alcanza las cotas de un documental. Jamás una película ha presentado un perfil psicológico de sus personajes tan elaborado. Es indiscutible que al acabar de ver la película, todos sabríamos decir cómo son Scarlett y Rhett, que harían ante determinada situación o como contestarían probablemente a algún comentario.Lo que el viento se llevó es un filme completo, sin más rodeos. Acción, amor, intriga, historia y humor se mezclan en esta gran obra maestra.

Cualquier amante de esta producción cinematográfica es incapaz de terminar de verla sin reír con los agudos comentarios de Butler, admirar a la tenaz Scarlett durante los tiempos difíciles, emocionarse con la dulce Melly o decepcionarse con el trágico final que el destino depara a los protagonistas. Escenas tan inolvidables como la huida a través de la incendiada Atlanta, Scarlett caminando entre los heridos de la estación bajo la derrotada bandera confederada y, por supuesto, Scarlett jurando que jamás volverían a hundirla ponen la carne de gallina.

Sin duda, es una de las mejores inversiones que se han hecho en la historia del cine. Alguien dijo una vez que una película sobre la guerra civil americana nunca daría un centavo. Pues bien, no sólo lo ha dado, sino que también ha dado lugar a todo un icono del séptimo arte. David O. Selznick, Victor Fleming y Margaret Mitchell pudieron descansar sabiendo que sus esfuerzos y aspiraciones habían logrado un resultado mítico.

Charleston

GIFSoup La tierra de Escarlata O’Hara
Mañana será otro día», decía la señorita Escarlata O'Hara mirando al vacío, o quizás no era el vacío lo que sus ojos buscaban, sino una salida entre las espléndidas casas sureñas de antes de la guerra civil norteamericana, «escondidas entre las barbas de musgo español que cuelgan de los robles centenarios».

La célebre frase que Margaret Mitchell puso en los labios de la heroína de Lo que el viento se llevó marcó época, y la película dio a conocer al mundo una ciudad encantadora, Charleston. La ciudad conserva influencia española y francesa, pero sobre todo ostenta en su aspecto el sello de origen inglés. Como de lo más inglés es su nombre, que lo recibió en honor del rey Carlos II de Inglaterra.

Charleston fue testigo de la esclavitud en el sur de Estados Unidos. Y una de sus destartaladas callejuelas tan llenas de vida, el Cabbage Row -donde se encontraban las cabañas de los esclavos-, inspiró a George Gerswhin su opera Porgy and Bess, allá hacia el año 1934.

Los ríos Ashely y Cooper convierten a Charleston en una península cerrada sobre su intimidad, que guarda celosamente su tradicional y seductora arquitectura, pero que también ha sabido adaptarse a los tiempos que corren.

Cuenta con algunos de los restaurantes más vanguardistas de Estados Unidos, con un jazz que le hace la competencia a Nueva Orleáns y con un único y mundialmente famoso festival, Spoleto, que se celebra anualmente cada primavera.

Spoleto llena el paseo del Battery de gentes llegadas de todos los rincones del mundo, galvanizadas por la atracción de esas maravillosas «casas de película» que bordean el río, y que siguen siendo el enclave ideal para nuevos rodajes de películas, como El patriota, La montaña de nieve o aquella serie de éxito que fue Norte y Sur, basada en la Guerra de Secesión. Charleston jugó un papel primordial en esa guerra.

De hecho, las diferencias entre Norte y Sur se definieron cuando estalló la demanda de separación en el año 1828 y las banderas del puerto de Charleston se pusieron a media asta en señal de luto por el país quebrado.

Tampoco hay que olvidar que el rítmico baile del charleston nació, en 1903, en la ciudad que lleva su nombre, y que en sus orígenes fue una danza folclórica de raíces africanas. Su base musical la ponían los instrumentos de viento; el trombón y el clarinete en especial. Era un baile despreocupado, desinhibido, muy vital, que se marcaba en cuatro tiempos. Causó furor, ya que, más que un baile, era toda una filosofía de vida, basada en la frivolidad, el ritmo y las ganas de vivir. Europa cayó ante sus seductoras notas y, a partir del año 1926, fue el baile de moda en los salones y salas de fiestas europeas.

Quedan piezas inolvidables de aquellos tiempos, como Orly's creole trombone, de Louis Armstrong, o la maravillosa Charleston South Caroline, de James P. Johnson. Aunque fue Josephine Baker quien inmortalizó el charleston y lo hizo internacional.


Tara

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Georgia (Estados Unidos), año 1861. En una finca sureña llamada Tara reside Scarlett O’Hara (Vivien Leigh), una bella y caprichosa muchacha enamorada de Ashley Wilkes (Leslie Howard), quien está a punto de contraer matrimonio con su prima Melanie Hamilton (Olivia de Haviland). Caprichosamente, Scarlett se casa con Charles (Rand Brooks), el hermano de Melanie.Con el contexto de la guerra civil entre el norte y el sur y tras quedar viuda de Charles, Scarlett comenzará una relación con un aventurero llamado Rhett Butler (Clark Gable), a quien había visto por primera vez en la hacienda de Twelve Oaks.

Epopeya sureña que abarca desde la pre-guerra civil americana hasta los difíciles tiempos de la posguerra y que adapta la conocida novela del mismo título escrita por Margaret Mitchell.

Partiendo de una idea del megalómano productor David O'Selznick, la película fue firmado por Victor Fleming, pero en su narración participaron gente como Sam Wood o George Cukor. Con el guión pasó un poco de lo mismo. El nombre que aparece en los créditos es el de Sidney Howard, pero contribuyeron también personajes de tanto talento como Val Lewton, Scott Fitzgerald o Ben Hetch.

Esta superproducción que básicamente narra una intensa historia de amor desgajada en espinosos ramajes, es un ejemplo extraordinario de como el sistema de estudios puede conseguir una obra magistral e imperecedera.

A pesar de su extenso metraje, la película aguanta constantemente el ritmo, manejado con admirable equilibrio y gran pulso por Fleming y Selznick. Las descripciones de los personajes son enormes, en especial, el interpretado por Vivien Leigh, Escarlata O'Hara, uno de los personajes femeninos más importantes y ricos de toda la historia del cine. Las actuaciones son perfectas y rutilantes, en especial la citada Leigh y un incomensurable Gable creando un personaje lleno de recovecos, cínico e irónico, pero también solitario y mohíno.

Visualmente esta película es espléndida, ayudada por un diseño de producción de William Cameron Menzies antológico, y la música de Max Steiner sirve para aportar aún mayor grandiosidad a la leyenda. Aunque bastante maniqueo, el film aborda temas impregnados de las peculiariades y valores del territorio sureño estadounidense: el honor, el orgullo, la familia, la tierra y la propiedad, sin eludir el tema de la esclavitud.

"Lo Que El Viento Se Llevó" siempre permanecerá con un valor incólume en el cinéfilo, atrapado en escenas o frases que se quedan incrustadas en un subconsciente que sabe que nunca más volverá a realizarse película de esta magnitud.

martes, 29 de marzo de 2011

Waterloo Bridge

GIFSoup Un año después de que Vivien Leigh alcanzara la fama interpretando a la bella y fría Escarlata O’Hara en la insuperable –para mí – Lo que el viento se llevó, Vivien estrenaba una película en la que interpretaba un personaje totalmente opuesto a Escarlata, la dulce Myra, y de nuevo su belleza y su interpretación dejaba a los espectadores con la boca abierta. Es posible que El puente de Waterloo no sea tan conocida ni tan “espectacular” como Lo que el viento se llevó pero su historia la iguala en belleza y el trabajo de Vivien Leigh es igualmente implacable. Considerada por su protagonista como su película favorita, Waterloo Bridge narra, a modo de flashback, una historia de amor en momentos de guerra – I Guerra Mundial-. La joven bailarina Myra y el joven soldado Roy Cronin caen atrapados en las redes del amor. Sin embargo, las circunstancias obligan al joven Roy a marchar al campo de batalla. Considerado falsamente muerto, Myra se verá obligada a sobrevivir recurriendo a la profesión más baja para una mujer. La situación empeorará para la joven protagonista cuando ve regresar a Roy, en ese momento ella deberá decidir confesar y soportar el rechazo de su amado o callar y ser feliz. Rodada en blanco y negro, la cinta transmite de principio a final un halo trágico premonitorio del trágico final, haciendo ver al espectador que no va a ver un final feliz pero sí que va a ver una historia dura aunque conmovedora y bella. Una historia narrada de manera simple y emotiva, al que le acompaña una bella banda sonora donde destaca la pieza de El lago de los cisnes de Tchaikovsky. Obviamente, la historia de Waterloo Bridge es fruto del contexto en que surge. Durante los años 40 la II Guerra Mundial era un hecho y una historia sobre el amor situado en un contexto bélico venía como anillo al dedo. Sin embargo, al contrario de lo que se puede pensar, el protagonismo no recae en el joven solado que se aleja de la amada para ir al frente, sino que recae en la amada que espera pacientemente la llegada del joven solado y que durante su espera se ve obligada a sobrevivir aún recurriendo a la prostitución. Es curioso, que aunque a lo largo del film se intuye que la protagonista se vende a los solados recién llegado de la guerra, en ningún momento se menciona la palabra “prostitución” o “prostituta”, sin duda, otro elemento propio de la época.


Igualmente debemos recordar que en estos momentos la calidad de las películas no recaía en los efectos visuales tal y como ocurre hoy día –hay que reconocer que si películas como Avatar son consideradas buenas es porque los efectos casi superan al guión, distrayendo a los espectadores con los colores para que no se fijen en la penosa historia de la película- ni en una dirección atrevida con planos imposibles, sino en la calidad del guión y en el trabajo de los intérpretes. En “El puente de Waterloo” ambas sobresalen, la historia es dura pero bella y de gran simplicidad, muy emocional y las interpretaciones tanto de Robert Taylor como de Vivien Leigh son magníficas, entre ambos hay bastante química y hacen su historia de amor más real.

Retomando lo dicho, es posible que El puente de Waterloo no sea una película tan recordada ni tan mencionada como Lo que el viento se llevó o Casablanca, pero bien merece un reconocimiento pues, para mí, ésta supuso una consolidación de Vivien como actriz demostrando que su carrera no sería una carrera de un único papel, y porque supone una demostración de que las grandes historias no necesitan de grandes medios para ser contadas.

domingo, 27 de marzo de 2011

Enfrentamiento de seres idénticos


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SCARLETT: Rhett, se burla de mí.

RHETT: Egoísta hasta el fin, ¿verdad?, Pensando sólo en su hermosa piel, sin un sólo pensamiento para la noble causa.

SCARLETT: ¡Como puede hacerme tal cosa Rhett! ¿por qué ha de abandonarme ahora que todo se ha hundido y yo le necesito?, ¿por qué?, ¿por qué?

RHETT: ¿Por qué?, Tal vez porque siempre he sentido debilidad por las causas perdidas cuando realmente lo están, o tal vez...porque siento desprecio de mí mismo, quien sabe...

SCARLETT: ¿Es que no se avergüenza de dejarme sola e indefensa?

RHETT: ¿Ud. indefensa?.... Ja, ja, ja. ¡Que Dios se apiade de los yankees si la capturan! Y ahora, baje ud. de ahí, quiero despedirme.

SCARLETT: No.

RHETT: Veremos si bajará......

SCARLETT: No, Rhett, por favor, no se vaya , por Dios no me deje, no se lo perdonaré nunca.

RHETT: Yo no le pido que me perdone, yo mismo no me comprendo, ni me perdonaré nunca. Si una bala me alcanza, Dios no lo quiera, me reiré de mi propia estupidez, Sólo sé y comprendo una cosa, y es que te quiero Scarlett, pese a ti y a mí y a ese mundo que se desmorona a nuestro alrededor, te quiero. Porque somos iguales, dos malas personas, egoístas y astutos, pero sabemos enfrentarnos con las cosas y llamarlas por sus nombres.

SCARLETT: ¡Déjeme!, no me toque.

RHETT: Scarlett mírame. Te quiero como no he querido nunca a ninguna otra mujer y te he esperado como jamás hubiera sido capaz de esperar a otra.

SCARLETT: ¡Suélteme!

RHETT: He aquí un soldado del Sur que te quiere, que quiere sentir tus abrazos, que desea llevarse el recuerdo de tus besos al campo de batalla. Nada importa que tú no me quieras. Eres una mujer que envía un soldado a la muerte con un bello recuerdo. Scarlett, bésame, bésame una vez.

SCARLETT: ¡Canalla! ¡Cobarde! No tiene ud. dignidad. Tenían razón, todo el mundo tenía razón, ud. no es un caballero.

RHETT: Eso no tiene importancia en estos momentos.

jueves, 17 de marzo de 2011

Caprichosa






















Scarlett O'Hara, nuestra Escarlata, no es la típica heroína de buen corazón y amada por todos, muy al contrario es vanidosa, caprichosa y manipuladora. Es muy consciente de sus encantos y le encanta coquetear con los hombres. Si algo caracteriza a este personaje es la perseverancia y empeño que pone para conseguir lo que quiere, cosa que demostrará muchas veces a lo largo de la novela. Esta capacidad de lucha le ayudará a sobrevivir en tiempos de guerra pero también le acarreará muchos problemas entre la tradicional sociedad estadounidense que no ve con buenos ojos que una mujer sea tan desenvuelta e independiente.
Se encaprichará de Ashley Wilkes porque es el único hombre que no puede conseguir: él se casa con su prima Melany (muy parecida a él en gustos y aficiones) y aunque siente algo por Scarlett jamás traicionará a su esposa. Junto con Rhet Butler, el descarado y pícaro pretendiente de Scarlett, se formará un peculiar triángulo amoroso.

martes, 15 de marzo de 2011

La dulzura


La complicidad desde la dulzura, el sentimiento del entendiemiento, la lealtad...

La pasión


¿Puede surgir la pasión entre seres tan distintos o, en el fondo, no lo eran?

viernes, 11 de marzo de 2011

La ingenuidad


¿Y que Scarlett O'Hara (vivien Leight) con esa maliciosa y pretendida ingenuidad los enamorara?

La sonrisa

¿Es normal que Rehtt Butler (Clark Gable) con esa mirada y esa sonrisa, haciendo de duro seductor, termináse por seducirlas?

sábado, 5 de marzo de 2011

Lo que el viento se llevó


Lo que el viento se llevó (en inglés Gone with the Wind) es una de las películas más famosas de la historia del cine. Basada en la novela del mismo título de Margaret Mitchell (ganadora de un Premio Pulitzer), su rodaje, que duró 125 días, supuso cambios importantes en la técnica cinematográfica.

Argumento
Mediados del siglo XIX. Scarlett O’Hara (Vivien Leigh), una bella joven caprichosa y pasional, vive en una de las grandes mansiones del sur de los Estados Unidos rodeada de esclavos negros y todo tipo de lujos. Lo único que no puede conseguir es a Ashley Wilkes (Leslie Howard), el hombre del que está enamorada y que, a su vez, está comprometido en matrimonio con su prima, Melanie Hamilton (Olivia de Havilland), una dulce y cariñosa mujer incapaz de odiar.
La Guerra de Secesión está a punto de estallar y los jóvenes sureños muestran su entusiasmo por entrar en combate. No así Rhett Butler (Clark Gable), un hombre atractivo que no tiene más interés que su propio beneficio. Butler se enamora de Scarlett durante una fiesta en los «Doce Robles», la finca de Ashley, y no cesará en su empeño de lograr su amor durante toda la película, a pesar de que Scarlett seguirá obsesionada con Ashley a pesar del paso de los años y de varios matrimonios por interés.
El espectador asiste a la evolución vital de la protagonista, desde su adolescencia hasta su madurez, y a su lucha constante por sobrevivir y conseguir todo lo que se propone. Un personaje lleno de fuerza, ambición, autoestima e incapacidad de sentir miedo que cautiva e imprime ánimos en todo aquel que se acerca a ella.
Personajes

Vivien Leigh como Scarlett O'Hara.

Olivia de Havilland como Melanie Hamilton.

Clark Gable como Rhett Butler.

Leslie Howard como Ashley Wilkes.
Scarlett O'Hara: es una bella joven acomodada y caprichosa del sur. Sabe muy bien que es la más admirada del condado y sabe manejar a los hombres a su antojo. Está enamorada de Ashley Wilkes y hará todo lo que esté en su mano para conseguir el amor de él. El mundo alegre y despreocupado de fiestas, bailes y banquetes en el que vive desaparecerá sin remedio al entrar la Guerra de Secesión y Scarlett deberá sobrevivir y sacar adelante su familia y la plantación.
Rhett Butler: hombre mujeriego, resuelto e inteligente es el único que ve los problemas reales que desencadenaría una guerra civil en el país. Su reputación no es precisamente muy buena entre sus compatriotas. Está enamorado de Scarlett y piensa que ambos son muy parecidos, unas personas que solo piensan en sí mismas. Tratará de quitar a Ashley de la cabeza de Scarlett demostrándole en muchas ocasiones el aprecio que siente por ella.
Ashley Wilkes: es un hombre sencillo, amable y de buen carácter que siente cierta atracción por Scarlett, esa jovencita encantadora que todos admiran y cortejan. Sabe que la mejor opción es casarse con su prima Melanie Hamilton aunque esta no tenga el encanto ni el carácter jovial de Scarlett, pero es una buena mujer que le adora y eso es suficiente.
Melanie Hamilton: es la prometida de Ashley y más tarde su esposa. Es lo más parecido que tiene Scarlett a una amiga aunque Melanie no sepa que ella no la soporta por estar casada con el hombre que ama. Melanie ve siempre el lado bueno de las personas y piensa que Scarlett no es tan frívola ni indeseable como mucho piensan.
Gerald O'Hara: padre de Scarlett, de origen irlandés, será el que inculque en su hija el amor la tierra, por su plantación «Tara». Está casado con Ellen O'Hara, una mujer proveniente de una acomodada familia estadounidense. Aparte de Scarlett tiene dos hijas más: Suellen y Carreen O'Hara.

Scarlett O’Hara

Este es un homenaje a la actriz británica Vivian Mary Hartley, nombre artístico Vivien Leigh (5 de noviembre de 1913 - m. 7 de julio de 1967); recordada como Scarlett O’Hara en la superproducción romántica Lo que el viento se llevó (gone with the wind) y es considerada una de las más grandes y bellas actrices de la época de oro del cine estadounidense.
Nació en la India, de padres ingleses que pertenecían a una familia acomodada residente en Inglaterra.
Primeros años
Desde una edad temprana demostró su inclinación por la interpretación, actuando en los diversos montajes teatrales que se organizaban en los distintos colegios a los que asistió. Más adelante estudió en la Royal Academy of Dramatic Art con el fin de perfeccionar sus aptitudes interpretativas. Debutó en el teatro en 1934 con la obra The Green Sash, y al año siguiente en el cine con Things are looking up, participó como modelo y tuvo que aprender a ocultar un gran defecto: sus grandes manos.
Tras una función en el teatro Lyric conoció a Laurence Olivier, famoso por sus adaptaciones de las obras de Shakespeare, del que se enamoró y con el que también formó pareja artística. Se casaron en 1940 después del divorcio de sus respectivas parejas y tuvieron una sencilla ceremonia en San Ysidro Ranch, Santa Bárbara (California) a la que acudieron sus testigos Katharine Hepburn y Garson Kanin.
Vivien siguió actuando en diversas películas británicas como Un yanki en Oxford (1938) y Callejón sin salida (1938).
Su encuentro con Laurence Olivier

Leigh junto Laurence Olivier en Fire Over England (1937), primera película en la que compartieron escena.
Laurence Olivier conoció a Leigh cuando éste acudió a ver una función de The Mask of Virtue, obra teatral en la cual ella trabajaba. Cuando ambos coincidieron en la película Fire Over England (1937) comenzaron una relación amorosa, estando en ese momento Olivier aún casado con la también actriz Jill Esmond.
A pesar de su relativa inexperiencia, Leigh fue elegida para interpretar a Ofelia en la adaptación teatral de la obra escrita por Tenessee Williams Hamlet, la cual se presentó en Elsinore, Dinamarca. Allí trabajó bajo la dirección de Olivier.[1] Posteriormente la actriz apareció junto con Robert Taylor, Lionel Barrymore y Maureen O'Sullivan en A Yank at Oxford (1938); y junto a Charles Laughton en St. Martin's Lane (1938). Estas películas ayudaron al incremento de su popularidad, sobre todo en Estados Unidos.
Lo que el viento se llevó
La fama mundial le llegó cuando David O. Selznick se fijó en ella para que protagonizara la versión cinematográfica de la novela de Margaret Mitchell Lo que el viento se llevó (1939).
Inicialmente Leigh no fue barajada para el papel de Scarlett O´Hara pues no era una actriz conocida en los Estados Unidos. Hizo una audición en Hollywood y fue elegida de entre un grupo de grandes estrellas como Lucille Ball, Carole Lombard (la esposa de Clark Gable), Paulette Goddard (quien ya tenía el papel casi seguro), Jean Arthur, Joan Bennett, Bette Davis (quien rechazó el papel por haber hecho un año antes Jezabel) y Katharine Hepburn. Parece que Vivien obtuvo el papel gracias a George Cukor, quien iba a dirigir la película hasta que fue sustituido por Victor Fleming. Se cuenta que Cukor fue apartado del proyecto por orden de Clark Gable, quien se sentía incómodo porque Cukor conocía ciertos detalles comprometedores de su pasado.
Durante años corrió un falso rumor de que en el set Vivien no estaba cómoda ya que Clark Gable y ella no se llevaban bien fuera del set y siempre discutían por la halitosis que Clark se propiciaba para desagradar a Vivien.
Olivia de Havilland, la única actriz que aún vive de los actores principales, la recuerda como «una mujer muy dulce y profesional» refiriéndose a que Vivien que era inglesa tuvo que aprender el acento sureño.
Su actuación inolvidable como Scarlett O’Hara la catapultó a la fama mundial haciendo de ella una de las actrices más reconocidas de todos los tiempos tras Bette Davis y Katharine Hepburn.
Esa interpretación le valió un premio Óscar de la Academia.