El pasado mes de junio fallecía la que, por poco —culpa de Louis B. Mayer— no participa en el sueño de su vida, la adaptación al cine de Lo que el viento se llevó,
y su nombre se hubiera quedado perdido entre los miles de intérpretes
de la edad dorada de Hollywood. Pero Ann Rutherford —que falleció el
pasado lunes, a los 94 años, en su casa de Beverly Hills— no se dejó
vencer por Mayer, entonces presidente de MGM, la major con la que tenía
contrato, y logró encarnar a Caroline Irene, Carreen, la hermana pequeña
de Escarlata. Mayer se negaba porque pensaba q ue era un papel sin
chicha, Rutherford lloró delante de él y ablandó el corazón del correoso
magnate: “Aquel papel sin chicha convirtió mis años dorados en
platino”.
Ann Rutherford nació en Vancouver (Canadá) en 1917 — no fue ciudadana
estadounidense hasta 1953—, hija de una actriz de cine mudo y de un
extenor, su infancia la pasó en San Francisco y su adolescencia en Los
Ángeles. Allí descubrió el mundo de la radio y empezó a actuar en
series, tras falsificar su currículo y espoleada por un profesor de
inglés, que la criticó asegurando que no haría nada en la vida.
Con 18 años pasó a la gran pantalla y debutó en 1935 con Waterfront lady: hablamos de una actriz que a mediados de los años cincuenta había actuado en más de sesenta películas. Apareció en westerns
de Gene Autry (“Fui la primera y única mujer a la que besó Autry, que
dedicaba siempre su amor a los caballos”) y John Wayne, y dos años más
tarde, en 1937, Rutherford firma en MGM y entra en la saga de filmes de
Andy Hardy, protagonizada por Mickey Rooney, como su novia, Polly
Benedict, lo que le dio trabajo durante un lustro. En 1939 le llega la
oportunidad de Lo que el viento se llevó, libro que la actriz
adoraba. A Mayer le tenía tomada la medida: logró, por ejemplo, un
incremento de sueldo. Mayer, como era su norma, se lo negó de primeras.
Rutherford le enseñó el paupérrimo estado de su cuenta bancaria, le dijo
que necesitaba el dinero para comprarle una casa a su madre y obtuvo su
aumento.
En 1942, tras casarse, decidió abandonar MGM. aunque bajó el ritmo de trabajo, aún participó en películas como La vida secreta de Walter Mitty (1947) y El burlador de Castilla (1948). En 1953 se divorció de su primer marido y se casó con William Dozier, el productor de la serie de televisión de Batman. Se retiró en 1976.
Rutherford participó en múltiples homenajes a Lo que el viento se llevó. De aquel reparto solo queda viva, hoy, Olivia de Havilland, con 95 años.
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