No tiene el apoyo unánime de los críticos. Tampoco tiene el apoyo incondicional del público. Y en cambio no deja de ser de ser la película más mítica de la historia del cine.Lo que el viento se llevo es una película intensa y desproporcionada, arrebatada y arrebatadora, deslumbrante y emotiva, triste y cruel. Cuenta una historia compleja, en la que todo encaja con una precisión milimétrica, pero en cambio nada parece fruto del cálculo, sino de la pasión de sus creadores.La película se beneficia de la presencia del personaje femenino más memorable de la historia del cine, Escarlata O'Hara. Seductora, caprichosa, cruel, atractiva, manipuladora, irresistible, apasionada, carnal, descarada. Estos y otros adjetivos se le pueden aplicar a una mujer que nos lleva en un viaje lleno de encontronazos desde su adolescencia hasta una madurez que es como un nuevo renacer. En este viaje conocemos desde las fascinantes tierras de Tara hasta la bulliciosa Atlanta, desde la bucólica vida de los hacendados sureños hasta la más cruel y dolorosa visión de la guerra. Un viaje en el que nos encontramos con personajes memorables, aunque ninguno supera en fuerza a la protagonista. Solo el descaro y la ironía del gran Reth Buttler es capaz de poner en su sitio la egoísta desesperación de Escarlata.Lo que el viento se llevo cuenta con un reparto memorable. Vivien Leigh esta insuperable como Escarlata O'Hara. Hace creíble a la más vulnerable y llorosa Escarlata como a la más cruel de las víboras. Junto a ella el genial Clark Gable, resulta el contrapunto perfecto a esa fuerza de la naturaleza que es Vivien Leigh. Solo alguien con su carisma y personalidad podía hacer frente a la protagonista de la historia. Ellos cargan con el peso de la historia, pero están secundados por la ternura y bondad de Olivia De Havilland, y por el extraordinario desparpajo de la maravillosa Hattie McDaniel. Solo Leslie Howard se queda corto interpretando a Ashley Wilkes, viéndole no se entiende la pasión que Escarlata siente por él.Lo que el viento se llevó esta dirigida de forma deslumbrante por Victor Fleming. Desde las luminosas primeras secuencias, hasta ese extraordinario final en la escalera, la película impresiona con una puesta en escena compleja y espectacular de una belleza insuperable en muchos momentos. Y todo ello hecho sin ordenadores ni efectos especiales. Vi la película en la versión restaurada y la calidad de la imagen es incluso superior a la de muchas películas actuales. Para el recuerdo quedan secuencias históricas que incluso quienes no han visto la película sabrían reconocer. Escarlata poniendo a Dios por testigo, Reth Buttler diciendo eso de francamente querida eso ya no me importa, o el memorable mañana será otro día. Y siempre acompañado todo ello por la banda sonora por excelencia. Una música de Max Steiner que es ya un clásico que te transporta a otra época. Una música a la altura del mito que a estas alturas representa Lo que el viento se llevó.
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