sábado, 2 de abril de 2011

Tara

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Georgia (Estados Unidos), año 1861. En una finca sureña llamada Tara reside Scarlett O’Hara (Vivien Leigh), una bella y caprichosa muchacha enamorada de Ashley Wilkes (Leslie Howard), quien está a punto de contraer matrimonio con su prima Melanie Hamilton (Olivia de Haviland). Caprichosamente, Scarlett se casa con Charles (Rand Brooks), el hermano de Melanie.Con el contexto de la guerra civil entre el norte y el sur y tras quedar viuda de Charles, Scarlett comenzará una relación con un aventurero llamado Rhett Butler (Clark Gable), a quien había visto por primera vez en la hacienda de Twelve Oaks.

Epopeya sureña que abarca desde la pre-guerra civil americana hasta los difíciles tiempos de la posguerra y que adapta la conocida novela del mismo título escrita por Margaret Mitchell.

Partiendo de una idea del megalómano productor David O'Selznick, la película fue firmado por Victor Fleming, pero en su narración participaron gente como Sam Wood o George Cukor. Con el guión pasó un poco de lo mismo. El nombre que aparece en los créditos es el de Sidney Howard, pero contribuyeron también personajes de tanto talento como Val Lewton, Scott Fitzgerald o Ben Hetch.

Esta superproducción que básicamente narra una intensa historia de amor desgajada en espinosos ramajes, es un ejemplo extraordinario de como el sistema de estudios puede conseguir una obra magistral e imperecedera.

A pesar de su extenso metraje, la película aguanta constantemente el ritmo, manejado con admirable equilibrio y gran pulso por Fleming y Selznick. Las descripciones de los personajes son enormes, en especial, el interpretado por Vivien Leigh, Escarlata O'Hara, uno de los personajes femeninos más importantes y ricos de toda la historia del cine. Las actuaciones son perfectas y rutilantes, en especial la citada Leigh y un incomensurable Gable creando un personaje lleno de recovecos, cínico e irónico, pero también solitario y mohíno.

Visualmente esta película es espléndida, ayudada por un diseño de producción de William Cameron Menzies antológico, y la música de Max Steiner sirve para aportar aún mayor grandiosidad a la leyenda. Aunque bastante maniqueo, el film aborda temas impregnados de las peculiariades y valores del territorio sureño estadounidense: el honor, el orgullo, la familia, la tierra y la propiedad, sin eludir el tema de la esclavitud.

"Lo Que El Viento Se Llevó" siempre permanecerá con un valor incólume en el cinéfilo, atrapado en escenas o frases que se quedan incrustadas en un subconsciente que sabe que nunca más volverá a realizarse película de esta magnitud.

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